jueves, 24 de junio de 2010

*Sociedad Primitiva:


No hay constancia arqueológica de desigualdades sociales, ni de combates violentos organizados entre grupos (es decir guerras); sí, quizá, de peleas individuales esporádicas. Los humanos se agrupaban en clanes de 25 a 50 miembros (en cualquier caso grupos de carácter tribal, típico de la sociedad primitiva), formados por varias familias (varios clanes formaban una tribu, los miembros de la tribu comparten lazos de parentesco, el idioma y las tradiciones). Aunque los clanes no tenían un poblado fijo, tenían un territorio propio (de unos 100 km de diámetro), por el que se movían según las estaciones; de vez en cuando contactaban con clanes de la misma tribu y se intercambiaban regalos y algunas personas elegían pareja.

Se ha constatado que los asentamientos eran de dos tipos, yacimientos en cueva y yacimientos al aire libre. Esto es así porque la organización de los grupos humanos era la siguiente: había en el territorio varios campamentos base o de invierno, ocupados casi todo el año, generalmente en cuevas. En primavera, verano y otoño se hacen grupos y, los más fuertes, generalmente los hombres, van a campamentos estacionales, desde donde cazaban todo tipo de animales; otros iban a la costa a pescar y otros a los bosques a recoger frutos y leña… Sus asentamientos estaban al aire libre, probablemente en cabañas, y aunque los lugares eran cada año más o menos los mismos, no estaban exactamente en el mismo lugar. Después, volvían a reunirse y lo compartían todo, procurando almacenar los suficiente para pasar el invierno.

No debía existir división del trabajo ni especialización, salvo para casos que requerían habilidades especiales (el chamán, el artesano...). Cada miembro del grupo era capaz de hacer de todo para sobrevivir, al margen de las capacidades individuales, mayores en unos individuos que en otros. Dado el dimorfismo sexual, es plausible que hubiese cierta división del trabajo entre hombres y mujeres (en aquellos casos en los que la potencia física fuese esencial o se produjese un embarazo). También debió existir división del trabajo en función de las edades. Aunque esto, sin duda, favoreció la producitividad, no implica necesariamente una jerarquización social. El hecho de que los hombres fuesen más fuertes que los niños, las mujeres o los ancianos no implica que ellos fuesen privilegiados o jefes.

Es seguro que hubo culturas patrilineales, matrilineales y multilineales. Pero el liderazgo no implicaba privilegios, ni era vitalicio o hereditario. La igualdad social es la única opción en una economía en la que no exisen los excedentes, en la que no se puede acumular riqueza. Por la misma razón, es ilógico el robo, la guerra o la conquista. Los datos arqueológicos parecen corroborarlo. No hay señales de conflictos bélicos, tampoco había motivos, ya que la densidad de población era mínima. Se estima que el máximo poblacional era de 10 millones de seres humanos en todo el globo. La integración en la naturaleza era sólo posible gracias a la cohesión de un grupo igualitario en el que todos trabajan, no por propio beneficio, o por obligación, sino voluntad, por convencimiento y por la supervivencia común.

Uno de los avances de la sociedad primitiva, fue la coordinación de esfuerzos y la división natural del trabajo con arreglo al sexo y edad entre hombres y mujeres; adultos, niños y ancianos.

La agrupación de estos seres primitivos, dio paso a la formación de las hordas o gens, que consistían en un grupo de unas decenas de personas unidas por vínculos de sangre y varias hordas o gens formaban los clanes y la unión de éstos conformaban la tribu, que era una "forma superior de organización de la sociedad primitiva".

En esta era también llamada matriarcado, la mujer desempeñó un papel muy importante y definitivo, desempeñándose como jefe de las gens, ya que el parentesco se computaba por línea materna, debido a que al vivir en promiscuidad sexual y al mantener relaciones sexuales entre distintas mujeres y distintos hombres, cuando también mataban a las niñas, se propició una gran escasez del sexo femenino, por o que entonces el parentesco solo se podía identificará por línea materna y esta era al desarrollarse dio paso al patriarcado, en donde el varón se convirtió en jefe de la sociedad gentilicia y el parentesco se computó por línea paterna.

La Ley económica del régimen de la comunidad primitiva, era producir los medios indispensables para la existencia de las hordas, clanes y tribus con la ayuda de instrumentos de producción rudimentarios y a base de trabajo colectivo, sin que existiera la propiedad privada, la división de la sociedad en clases y la explotación del hombre por el hombre.

La ausencia de la propiedad privada, la inexistencia de la división de la sociedad en clases y de la explotación del hombre por el hombre, excluían la posibilidad de que existiera el Estado.

El hombre, al darse cuenta de las bondades de unir esfuerzos para lograr objetivos comunes, dio inicio a las bases del esfuerzo cooperativo que se convirtió en consciente y sistemático, evolucionando racionalmente conforme a la inteligencia y las consecuentes necesidades del hombre.

Sociológicamente Toennies lo analiza de la siguiente forma: “La unidad de varios hombres puede, como toda unidad, considerarse de dos formas: o bien precede a la pluralidad, o bien la pluralidad existe con antelación y la unidad se produce por ella. Es la naturaleza sensible; aquél es el modo de ser del organismo; éste representa el grado inorgánico. Allí la unidad es la realidad, es la cosa en sí y para si, misma; aquí es el ideal, es decir, no existe sino en tanto que es concebida por el pensamiento humano que efectúa su representación, y, por fin, la concepción de tal todo, sea o no sobre el fundamento de la sensación. Mas en tanto que las partes integran el todo, puede, y aun necesariamente debe, la unidad, ser considerada como su producto, aun cuando el compuesto haya sido obtenido por la fuerza, merced a la voluntad humana. La cooperación de las partes -en la misma dirección para un movimiento común- es en el último caso el fin, en el primero, al menos, consecuencia de la combinación”.

Es decir que la unidad de varios hombres se puede considerar de dos modos:

Cuando la unidad antecede a la pluralidad, que en su naturaleza sensible es el modo de ser del organismo, en donde la unidad es la realidad, la cosa en sí y para sí misma; y la cooperación de las partes, en este caso es la consecuencia de haberse combinado la unidad y la pluralidad.

Cuando la pluralidad antecede a la unidad, en su naturaleza sensible, representa el grado de ser inorgánico en donde la unidad es el ideal, no puede existir mientras no la conciba el pensamiento humano y sea el producto de satisfacer una necesidad común. Por lo tanto, la unidad es el producto de la pluralidad aún cuando se llegue a propiciar por la fuerza de la misma voluntad humana; y el fin es la cooperación de las partes para lograr un movimiento común la unión de los propósitos y de las acciones, es la base de la organización humana y se denomina en sociología "Sinergia Social"

La sistematización de la unión para aprovechar acciones conjuntas y propósitos comunes, ha sido de una relevancia tal, que por ello se han constituido instituciones económicas y familiares, que son el producto de la inteligencia humana, de la invención, del sentimiento y de los deseos de la colectividad.

De esta forma se integran primero los grupos de seres humanos que por vínculos consanguíneos les une su parentesco (familia), o bien por grupos de hombres inspirados por propósitos y esfuerzos conjuntos para sobrevivir; luego hordas, clanes y tribus y como consecuencia de sus luchas, surge el Estado incipiente, que al evolucionar se convertiría en civilizado.

Por ello, tiene razón el sociólogo mexicano Antonio Caso al afirmar que: "El Estado, es la síntesis de varios grupos humanos".

El resultado del presente análisis formativo-sociológico, se sintetiza en que: La concepción del acto administrativo, evoluciona como parte del proceso histórico, hasta convertirse en consciente sistemático y democrático en sus más amplias acepciones.

Hemos visto que las prácticas administrativas se han ido formando a través de la historia. Por ello, resulta absurdo pensar que la teoría moderna se a producto de una generación iluminada o que alguien la inventó o descubrió. Asimismo, la ética de las prácticas administrativas ha cambiado y obedece a los procesos históricos. No siempre se ha visto con buenos ojos al comerciante independiente. Las formas y prácticas de la administración pública han cambiado también y han tenido diferentes justificaciones. Los fenicios, por ejemplo, favorecieron el comercio, mientras los egipcios formaron monopolios estatales fuertes y poderosos.

Nuestra cultura, administrativamente hablando, recibió influencias de muchas civilizaciones. Generalmente, se acepta la afirmación de que la base fundamental de la cultura occidental está en las influencias judío greco‑romanas, aunque no hay que perder de vista que los árabes dominaron España por más de 700 años y que en el caso latinoamericano, los pueblos autóctonos se fusionaron culturalmente con los conquistadores españoles.


PAPEL DE LA MUJER:

Las mujeres deberían atender a la fabricación de la cerámica, al mantenimiento del fuego, al cuidado de los hijos y al curtido de las pieles, entre otros menesteres.



PAPEL DEL HOMBRE:


El hombre se ocuparía de la caza, de la defensa del poblado y de la obtención de los metales, la fabricación de armas, etc.

De ahí nacieron las primeras aldeas y las primeras plazas fuertes. Entonces se produjo una división en el género de vida de los pueblos. Se diferenciaron los cazadores de aquellos que se dedicaron a la ganadería, al pastoreo y de los que prefirieron el cultivo del suelo, dando origen a la agricultura: cazadores, pastores y campesinos.




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